lunes, 24 de marzo de 2014

Bahía Blanca 2013 : Lejos de la Ciudad Inclusiva


Hoy Latinoamérica en general y la Argentina en particular, presenta un cambio de rumbo hacia la reconfiguración de un nuevo paradigma que posiciona el concepto de Inclusión Social, como eje de las Políticas Públicas, integrando el concepto de sostenibilidad y desarrollo en una redefinición de la equidad como marco de la gestión de gobierno. En este marco la integración de aspectos estructurantes como territorio/energía/recursos forman el sustento de la nueva política que articula sostenibilidad con Inclusión. [1] 

La problemática de las ciudades latinoamericanas integra varios aspectos que configuran su caracterización actual convirtiéndose en los últimos años en temas gruesos recurrentes : la dificultad de varios sectores al acceso a la tierra,  la vivienda pública en escala no siempre apropiada y localizada en cualquier sitio, las interfases rural-urbano ,la especulación del suelo, y el desarrollo inmobiliario, los temas de desinversión pública en transporte, los impactos ambientales de la pobreza urbana. Todos estos aspectos confluyen a una síntesis, que configura desde lo espacio-territorial a lo cultural, la ciudad  fragmentada, como el estigma del siglo XXI en estas latitudes.

La definición de la “desigualdad “como el problema más acuciante a abordar para el continente latinoamericano, ha redefinido los enfoques de las distintas agendas de la gestión pública del continente, desplazando del eje a la pobreza urbana, integrándola en un posicionamiento más complejo. Latinoamérica es el continente de mayor desigualdad del planeta [2]y la ciudad fragmentada no es más que la materialización territorial de esta cualidad, verificable en todas las escalas urbanas, pero con mayor complejidad en ciudades intermedias y en grandes ciudades.

La ciudad de Bahía Blanca , no es ajena a este contexto. Siendo la décima ciudad del País, su condición de ciudad intermedia en particular consolidada por los bajos índices de crecimiento poblacional de las últimas dos décadas, no escapa al proceso iniciado en la década de los 90, de fragmentación urbana, consolidando bolsones de pobreza y dispersando las inversiones de los sectores más pudientes a lo largo de un territorio extenso y despoblado, donde la fragmentación socio-territorial divide la ciudad en dos hemisferios muy claros, tensionando el centro fundacional de la ciudad pampeana original, cada vez más vulnerable al abandono del mercado y al deterioro de su estructura urbana.Así la gestión de la ciudad, presa de los efectos de las políticas neoliberales siguió curso a la fragmentación espacial  y aumento de las asimetrías sociales.

La “Ciudad Inclusiva“ en tanto escenario ideal que articula la conceptualización que garantiza los derechos de sostenibilidad planteados , define un posicionamiento desde el paradigma de inclusión al diseño de los instrumentos de transformación que impliquen un “camino posible a…“. Esta mirada urbana, que reúne la reivindicación de derechos al territorio, que vincula sosteniblemente sociedad y medioambiente es un concepto todavía más complejo e intrincado estructuralmente en el continente y de mayor dificultad de visualización como motor fundamental de las políticas públicas, y de fuerte objeto en la Agenda de los Estados[3].

En un marco de altos niveles de recuperación del país, con las estadísticas de mejora de todos los índices de calidad de Vida que la Presidenta Cristina Fernandez de Kichner comunicó a la población en el Discurso Inaugural del Período legislativo 2013[4] en el Congreso de la Nación, la actualidad de la Ciudad de Bahía Blanca parece una isla perdida de la realidad argentina. Luego de más de dos décadas de estancamiento de su economía producida por el amesetamiento tanto de los factores de generación de empleo, sustentados en la actividad comercial y educativa como Centro de Servicios de la Región Sur de la prov. de Buenos Aires y Norte de la Patagonia, como de los efectos de terciarización de servicios del Polo Petroquímico, la ciudad no ha generado ni propiciado el aumento de su capacidad productiva. La bajísima tasa de crecimiento poblacional intercensal 0,5% demuestra ser significativamente  3 veces menor de la Tasa media de crecimiento poblacional del país que se ubicó en el 1,5% , mostrando la baja oferta de oportunidades de la ciudad como centro de captación de movimientos migratorios.

Estas tendencias explican de alguna manera la preocupante pauperización de la Ciudad que ostentó uno de los índices de mayor deterioro hacia el aumento de la Pobreza, posicionándose como una de las Ciudades de mayor porcentaje y de mayor crecimiento de la Pobreza, tanto en relación a la comparación con otras ciudades como a la Región Patagónica a la que pertenece.
“El análisis desagregado por aglomerados urbanos muestra que la región con menor nivel de pobreza fue la patagónica, con el 3,8 por ciento, seguida por el Gran Buenos Aires, con el 5,8. En particular, la ciudad de Río Gallegos mostró un nivel de pobreza de sólo 1,1 por ciento. En el otro extremo se ubicó la región nordeste, con el 12,3 por ciento, cuyo máximo se registró en la ciudad de Resistencia, con el 14,2.”[5]

Sin embargo este nivel de análisis no se refleja en las preocupaciones de los sectores políticos y ni en aquellos que tienen a su cargo la difusión de la información y comunicación de la Ciudad. En particular, el diario local, La Nueva Provincia, refleja constantemente en sus páginas las condiciones de inseguridad sin vincular ni atribuir responsabilidades al alto nivel de segregación y pauperización que sufre la población. Con el título “la Inseguridad golpea nuestra Puerta” el suplemento del diario local incide en informar la cantidad de robos diarios y sus posibles motivos , en conjunto con el Comisario local y con las empresas de alarmas[6].  La inseguridad es una consecuencia directa de la exclusión social[7] y se percibe en la Ciudad  un alto nivel de complicidad de los sectores de mayor concentración de la riqueza, a no asumir este vínculo y no comunicarlo democráticamente.

Los sucesos que mostraron la ocupación de viviendas del Plan Federal aún no concluidas por vecinos con necesidades de vivienda, resultan indicadores de los niveles de exclusión que denota la realidad local. Bahía Blanca tiene un déficit “declarado” por el Municipio de una 10.000 viviendas, siendo este número coincidente con el número de familias anotadas para recibir los beneficios de la oportunidad de acceder a los programas de Vivienda Social.

Desde la gestión iniciada en 2003 por el Ministerio de Infraestructura de la Nación y el Plan Federal de Viviendas, Bahía Blanca recibe en 2006 un cupo de 4000 viviendas a construirse. Este número representa cuatriplicar la cantidad de viviendas realizadas en las últimas décadas, sin embargo no cubre el déficit habitacional vigente.
Al momento de los sucesos de usurpación citados , ocurridos en Enero del corriente año, solo se entregaron 1700 viviendas y las viviendas usurpadas sumaban la cantidad de 200, muy lejos de las 4000 prometidas en campaña desde el 2006 por la intendencia y más aún del déficit habitacional registrado.

Es importante en este contexto citar las reflexiones del fallo de la jueza María Cristina Nazar,en la toma del Parque Iberoamericano, donde infiere que no existe delito sino una falta de solución política aun conflicto social. Comentario por demás muy fuerte para un sector político que antepone la judicialización del conflicto a sentarse a trabajar con la gente y desde la gente. Tuvieron que “mediar” un conjunto de Iglesias bahienses….[8] Las respuestas estructurales a la inacción del Estado por más de cinco décadas para la vivienda de interés social no puede pensarse sino desde justamente los problemas estructurales que llevaron a esta situación. La falta de política sobre el suelo, y esto comprende también al capital ocioso en las áreas urbanizadas, deja al descubierto la defensa de privilegios a la propiedad privada, que sin dejar de reconocer sus derechos constitucionales, han propiciado una deformación sobre los derechos sociales, en una sociedad que se dice emular y desear la civilidad de los países llamados centrales, pero no “copia” sus mecanismo tributarios de distribución de la riqueza: ¿ignorancia o intereses individuales?




[1] “Equidad implica entender también que el acceso a la energía tiene un rol fundamental en la erradicación de la pobreza. No hay un medioambiente sano mientras haya franjas numerosas de la población global sumidas en la más extrema pobreza. Decía que equidad implica entonces también entender que el acceso a la energía tiene un rol fundamental en la erradicación de la pobreza. Es esencial para la producción la inclusión social y la igualdad de oportunidades.”
[2] http://datos.bancomundial.org/indicador/SI.POV.GINI/countries?display=map
[3] como lo demuestra el eje de debate propuesto en octubre de 2012 en Lima, Perú, para la Tercera Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América del Sur y Países Árabes bajo el lema “Una cultura de paz, inclusión y desarrollo"
[4] “La cantidad de trabajadores que hoy tienen un trabajo registrado, legal con protección social es la más alta de los últimos 38 años y es un 92% superior respecto de las personas que estaban en esa condición antes de la implementación de este patrón y de esta matriz productiva de crecimiento con inclusión social, que creo además es la señal o la clave: crecimiento con inclusión social. Habíamos crecido en algunas otras épocas, los números de la economía así lo testificaban, pero lo habíamos hecho con gran exclusión social, por lo cual a mi criterio por lo menos, como militante política, no era un crecimiento que realmente pudiera exhibirse como tal. Porque la economía con la gente afuera solamente favorece a unos pocos, la economía con millones adentro recuperando trabajo, dignidad y derechos marca también un rumbo diferente.
Sólo en la industria, el comercio y los servicios se crearon casi 200.000 nuevas empresas, un 64% más de las que había al comienzo de este gobierno. Hemos alcanzado un promedio récord de trabajo de casi 500.000 puestos por año, casi triplicando la cantidad anual de nuevos ocupados que se generaron desde el inicio de la democracia en el 83. Se logró reducir un 67% a los desocupados, llegamos nuevamente en este último trimestre del año 2012 al 6,9% de desocupación, acercándonos al récord histórico del 2011 que había sido del 6,7; récord histórico también en la etapa”
[7] El problema de la inseguridad, hay que reiterarlo, es un problema social generado durante décadas por la deficiencia en muchos factores, causada por la desinversión, la falta de políticas públicas multiplicadoras de bienestar y hasta por la desidia de quienes tuvieron en sus manos la oportunidad de llevar a cabo estrategias que no solamente mejoraran la calidad de vida, sino sumaran alternativas que permitieran la prevención del delito.”  http://www.eldiariodeguayana.com.ve/opinion/544-inseguridad-consecuencia-de-la-exclusion-.html

domingo, 23 de marzo de 2014

Habitat Inclusivo, el ProCreAr en Bahía y la oportunidad que podemos perder....

No se discute en lo absoluto que el ProCreAr es el Programa de acceso a la vivienda Propia para la clase media argentina más importante de los últimos 50 años y por sus números crecientes el impacto en cantidad de beneficiarios lo posicionará, si esto sigue como la Presidenta lo anunció hasta el 2015, en el más eficiente de la historia de nuestro país, siempre especificando el sector de población al que asiste.

Sin embargo, la matriz de pensamiento que subyace bajo la operatoria  tiene al menos dos posibles interpretaciones, que pueden jugarle como falla estructural, comprometiendo toda la instrumentación del programa.

Un diseño de aplicación basado en los antiguos préstamos del BHN de la primer época peronista, que beneficiaron a sectores de clase media poseedores de suelo, con modelos de vivienda provistos por el Estado, fue una mirada inicial que como sucedió, iba a ser de corto alcance, dados e identificados, dos problemas estructurales que diferencian el contexto urbano actual del otrora tiempo peronista. El primero es el empobrecimiento de la clase media con respecto al acceso al suelo y a la compra de terrenos como resguardo de capital, costumbre argentina si las hay, que era frecuente. El otro problema, a diferencia del '45, es la gran dispersión urbana caracterizada además por la segregación social que modela la ciudad argentina de hoy, segregación que fomenta y alimenta el gusto de las clases sociales medias altas de vivir en los countries o barrios parques, alejados de la "condición urbana" vista como degradada (muy real en la mayoría de los casos por cierto) , y al mejor estilo americano...pero sin las autopistas, sin los servicios y equipamientos y con altísimos costes de mantenimiento al erario público en transporte, recolección de residuos y ociosidad de sectores infraestructurados de baja densidad que quedan abandonados de inversión privada que los sostenga.

La segunda posible interpretación que subyace bajo la operatoria es aún más compleja en sus efectos pero no menos nociva para el éxito del Programa en la concreción de sus objetivos, y es sin duda más nefasta desde la mirada antropológica que caracteriza esta época neoliberal latinoamericana. El cruce de esta ideología por todos los estratos sociales de la "Era del vacío" , como llama Lipovepsky al post-modernismo, produjo cambios des-estructantes en el tejido social, quizás demasiado recientes para evaluar sus efectos positivos y negativos. Sin embargo podemos verificar al menos en nuestro país, que trajo consecuencias sociales profundas a las formas de organización comunitaria existentes, transformando los valores modernos de solidaridad, fraternidad y libertad en el marco del "para todos", donde pasaron a la historia los modos de organización comunitaria construídos por generaciones, desde los más básicos como sociedades de fomento y comisiones directivas de clubes a los más politizados como sindicatos y ONGs. Un claro ejemplo de este cambio lo retrató impecablemente el film "Luna de Avellaneda". del Director Juan José Campanella. Así los individuos se transformaron en los únicos protagonistas de la escena, con una exacerbación del yo por sobre el nosotros, comportamiento que bien supieron utilizar aquellos que la consecuente desmovilización social les permitió concentrar la riqueza en forma inédita, casi retrotrayéndo al mundo al tiempo medieval.También convino a los sectores conservadores más reaccionarios, los que a partir de prácticas genocidas, aprovecharon la instancia histórica para "desaparecer" a los "diferentes" instalando el pensamiento único de la Dictadura, donde el "cada uno en lo suyo, defendiendo lo nuestro" construyó el nuevo ser argentino, individualista y desconfiado de toda organización grupal, convencido que el futuro de cada quien depende del esfuerzo propio y las propias capacidades......

Por todo esto, no es difícil comprender que la matriz ideológica que subyace en el Programa haya confiado en que la mejor forma de garantizar el acceso a la vivienda ( jamás se planteó el acceso al Hábitat!!! otro de los problemas estructurales del Programa...) de la clase media, era la apuesta a la eficiencia individual de quien se va a organizar para resolver su propia conveniencia....Pero esta mirada que peca de neoliberal, solo demostró la ineficacia que como problema sistémico conlleva no poder abordarse desde las soluciones biográficas, planteo de Z. Bauman en su "Modernidad líquida", otra excelente mirada que nos completa el contexto de nuestro tiempo.

La última oferta del ProCreAr que supone resolver la realidad comentada de la escacés de ofertantes al crédito poseedores de suelo, terminó por poner en crisis toda la operación del programa. Primero por errores propios, ya que cualquier experto en políticas de Suelo sabe, que poner en oferta un valor tope para compra de terreno sin haber cerrado ciertas instrumentaciones en los Municipios, jurisdicción a la que corresponde el control sobre el uso y habilitación de suelo urbano, iba a producir una escalada de precios en el mercado de Suelo, que volvió inaccesible la totalidad del recurso, sea este con las condiciones apropiadas a los servicios de infraestructura o no. Segundo porque dejó totalmente indefensos a los adjudicatarios sorteados  que individualmente carecen de posibilidades de canalizar su demanda ante la concentración del mercado de suelo y sus operadores, no articulándo política de adjudicación de suelo con los Municipios o con entidades intermedias como Sindicatos u ONGs desde Cáritas hasta Madre Tierra ....lo que denota la escasa confianza del gobierno en estas estructuras...no sin razón, pero trasuntando un sistema organizacional neoliberal que tampoco ayuda a lograr el objetivo: un Estado que garantiza el Derecho no solo a la Vivienda, sino a la Ciudad.

En este marco, los vecinos, adjudicatarios x sorteo del ProCreAr , se auto-convocaron y auto-organizaron, comportamiento social que pone Esperanza en la recuperación de algunos valores sociales de la modernidad perdida..., y ejercieron presión ante las autoridades locales para que intercedan en el mercado y así poder acceder al suelo en condiciones de escrituración, prerrogativa del BHN para acceder al crédito. La respuesta del Municipio, merece un artículo especial, dada la inconsistencia y desarticulación de instrumentos de Políticas de Suelo que propuso y aprobó en medio de presiones por derecha e izquierda en el HCD local, pero básicamente no instrumentó ni resolvió el acceso al Suelo para el Programa y menos definió las estrategias de Desarrollo de una ciudad vacía, dispersa y segregada , y sí en cambio habilitó a la Oficina Pública que maneja el planeamiento urbano a disponer de trato directo con poseedores de suelo en la Periferia de la Ciudad, a resolver en forma personalizada... quien se va a beneficiar con la increíble posibilidad de obtener sin costo, el permiso de lotear sin previa obra de infraestructuras...que además pagaría el Estado Nacional desde la operatoria. Recordemos que el valor del suelo en Macizo de la periferia sin servicios , se multiplica al menos x 10 al momento de generar un lote urbano.La pregunta es ¿quién se queda con la increíble diferencia?El lote resultante, ¿tiene garantizado el goce del Derecho a la Ciudad que establece acceder a TODOS los servicios de infraestructura, no solo agua y luz como requiere de mínima la ley de subdivisión vigente, y además todos los equipamientos : escuelas, hospitales, lugares de esparcimiento cubierto y espacios verdes diseñados, transporte público y demás indicadores de calidad de Vida Urbana?

¿Hay Soluciones? por supuesto que hay,  y muchas de las instrumentaciones posibles están nombradas en la ordenanza aprobada , que suntuosamente se denominó de Políticas de Suelo desde el Municipio. Instrumentaciones que estaban a disposición ya, antes de nombrarlas en la ordenanza, vigentes al momento de aprobarse a Ley de Acceso justo al Habitat en la Prov. de Buenos Aires e inclusive desde la Ley 8912 de Uso del Suelo,  desde 1977.  Lo único que se necesita es decisión política y capacidad técnica, pero también,  y no es menor, la capacidad de VER POLITICAMENTE DESDE EL PROYECTO NACIONAL Y POPULAR. Ver cómo , esta increíble suma de dinero que va a aportar el Estado Nacional en Vivienda para la ciudad de Bahia Blanca, que duplica el presupuesto del Municipio, se oriente al mejor Desarrollo Urbano de la Ciudad, asumiendo como Estado Municipal, el rol que le compete en la eficacia de la asignación de los recursos de todos, para que el impacto que produzca, multiplique y reparta los beneficios urbanos, convirtiendo al ProCreAr en la oportunidad histórica de cambiar las tendencias nefastas de segregación, pobreza y violencia que caracterizan nuestras ciudades, apostando a reconvertir a Bahia Blanca en un Habitat Inclusivo .Este es el Desafío, si realmente, queremos "ir por más".