lunes, 8 de febrero de 2016

La Dialéctica que impone el Modelo Neoliberal en la construcción del Habitat Urbano Inclusivo.


Desde Habitar Argentina, expresan: “Como colectivo, sostenemos que las conquistas y ampliación de derechos logrados en este último período constituyen un escenario de oportunidad para continuar profundizando, con el fin de avanzar en las deudas que aún quedan pendientes en el camino de alcanzar un hábitat digno para todos los habitantes de nuestro país” 
http://www.diariocontexto.com.ar/2015/11/19/la-necesidad-de-profundizar-las-politicas-de-acceso-al-habitat/

Independientemente, del cambio que viraliza todo lo que hasta aquí se ha profundizado y conquistado en los gobiernos Kichneristas desde 2003/2015 y la incertidumbre que implica el nuevo gobierno de derecha en Argentina, esta reflexión de Habitar Argentina, si se quiere la mayor organización comunitaria que agrupa a varios actores institucionales en pro de reconvertir el proceso excluyente de acceso al Hábitat, no es menor, pero las deudas pendientes sobre los procesos que configuran la materialidad de las urbes latinoamericanas, impone la necesidad de revisar las estrategias de largo plazo. La diferenciación de soluciones vistas desde lo urgente no debieran proyectarse más allá del corto plazo, dado que se corre el peligro de confundir las posibilidades de socavar las causas estructurales que consolidan la pobreza.

La ley de Acceso Justo al Habitat, es sin duda un avance notable. Más allá que solo tiene alcance para la Provincia de Buenos Aires, sabemos que como se ha hecho con la Ley de Suelo 8912, sus instrumentos podrán incorporarse al resto de las realidades urbanas nacionales. Lamentablemente la nueva Ley Nacional de Ordenamiento Territorial, quedó a la espera de un nuevo ciclo político que nuevamente ponga énfasis en esta problemáticaMientras tanto, es importante abrir el debate sobre lo actuado y redefinir, en funcion de los logros y errores, una posible etapa futura de implementación, y más importante aún, defender claramente el avance logrado, si no en materialidad concreta, si en ideas sobre el ordenamiento territorial, que hoy son parte de un nuevo conocimiento hacia la Ciudad Inclusiva.

“El esfuerzo es pensar el territorio como un todo, en el que más allá de ser el espacio articulador de las relaciones sociales,es el objeto de estudio, de acción, de planificación y de reconocimiento de la soberanía nacional, sin la cual no se alcanza el estatus jurídico de Estado Nación”comenta Scatolini en su reciente libro "Hábitat, hacia un nuevo paradigma urbano"(*) a lo que se agrega para enfátizar la importancia de la conceptualización del territorio la frase de Lombardi “el Espacio Urbano no es el simple reflejo de las relaciones sociales,sino parte constituyente de ellas”. Es entonces, el debate sobre “el nuevo paradigma urbano” el que está en juego y cómo se articulan y diseñan los instrumentos que operan en la realidad del territorio para materializar las relaciones sociales diferentes a las que establece el Modelo de apropiación neoliberal de la ciudad. Sobre esta base, constituye un serio peligro no percibir lo sucedido bajo la aplicación de soluciones que han resuelto el corto plazo, pero que al mismo tiempo consolidan el paradigma de exclusión, identificado con las tendencias al segregacionismo, la falta de integración de los programas denominados de Hábitat, que solo hacen vivienda y con la estigmatización de la precariedad de las “soluciones habitacionales”construidas configuran desde lo arquitectónico(Referencia directa a los Planes Federales). La falta de crítica de los sectores técnicos ha consolidado estas operaciones. El hecho de entender el marco de la coyuntura política del 2003, de un Estado con prioridad de generar opciones de trabajo y de movilización de la economía, no indulta de la responsabilidad durante los doce años siguientes de no haber estado preparados técnicamente para dar las soluciones precisas hacia otro paradigma urbano, al momento de las pertinentes decisiones políticas de los gobiernos kichneristas. Inclusive la enumeración que se hace desde la misma Ley de Habitat, repito, la mejor instancia instrumental conseguida y altamente valorada desde este posicionamiento, no alcanza a conformar un marco coherente a modo de aplicación escalar planificada, que sostenga y ordene las operaciones urbanas en función  de lograr cambiar, a modo de contratendencia, el modelo excluyente neoliberal impuesto hace décadas, y por ende sirva , para desmantelar los cimientos de la pobreza estructural en el país.


¿Qué debiéramos preguntarnos entonces , en función de poder construir un nuevo paradigma urbano al que me propongo llamar LA CIUDAD INCLUSIVA? Esta pregunta atraviesa el enfoque técnico y también atraviesa la posibilidad desde la materialización de la ciudad; la respuesta no será posible si las estrategias de transformación urbana no coexisten bajo un proyecto de conducción política fundamental que nutra dicha materialidad hacia el objetivo de inclusión planteado. Momento histórico desde lo político hacia este paradigma vivimos en la "Década Ganada", pero los sectores técnicos no se habían dado el suficiente debate, no habían repensado estrategias, no estuvimos preparados, como lo demuestra luego del tiempo transcurrido, la baja incidencia en los cimientos de la pobreza estructural que produjo la era kichnerista. Falló la sintonía fina que pedía la Presidenta. No solo desde lo urbanístico, falló desde lo social, desde la gobernanza, desde la economía de las ciudades y su financiamiento, pero sobre todo, desde el debate de las ideas, desde la Academia. No es menor también reconocer que faltó una clase política preparada para tensionar la demanda con la instrumentación de las respuestas, una miráda crítica a las soluciones propuestas desde el sector técnico, que hubieran mejorado la capacidad de respuestas específicas necesarias.

Esta instancia sea quizás la propicia para plantear una deuda importante que hace al debate y reflexión sobre otro momento histórico, donde desde una coyuntura de inclusión desde lo político, se encontraron respuestas que hasta hoy han sido de alta eficacia en esta dialéctica entre el proyecto de sociedad buscado y la materialización de la ciudad diseñada. Los instrumentos utilizados en el urbanismo peronista del 45/55, han sido poco internalizados y analizados a 60 años de su implementación, siendo que pueden mostrar una coherencia de acceso al "derecho a la ciudad" y no solo por  la clase social de los trabajadores , los vulnerables que Evita llamaba los "descamisados" que pasó a integrar la clase media argentina, si no que consolidó un proceso político que fue mas o menos exitoso, pero fecundo en alternativas que consolidaron eficientemente la relación /proyecto social/proyecto de ciudad. El libro del arquitecto Jorge Sabaté, recoge la  documentación de la variada obra pública de diseño para equipamientos urbanos, barrios de vivienda, fabricas, estadios, capillas,auditorios, museos, aeropuertos, que el peronismo propuso como estrategias construidas del Estado de Bienestar, concebidas como lo dice su título, como arquitectura para la justicia social, que dada la importancia , la diversidad y las múltiples localizaciones, constituyeron mucho más que arquitectura, pusieron en jaque el paradigma de ciudad consolidado desde los tiempos del liberalismo de la generación del 80 y construyeron una nueva imagen de ciudad, atravesando lo simbólico y lo funcional, incidiendo en forma efectiva en la integración del tejido social, en una nueva lógica de relaciones sociales y el espacio público. “ La labor de promoción humana, educación y asistencia social de la Fundación Eva Perón es, acaso , una de las respuestas mas elocuentes que el Justicialismo pudo ofrecer a millones de argentinos y argentinas “excluidos” del sistema, aún antes de que la palabra exclusión se incorporara al léxico social, político y comunicacional de todos los días. Se trataba de superar los viejos esquemas de asistencialismo dadivoso y de corto plazo, al modo anacrónico de la Sociedad de beneficencia, para operar la ayuda estatal  con la premisa de la dignidad de la persona y su inserción sustetable en los procesos de ciudadanía y de bienestar. Evita aportó al Justicialismo el marco de una “potética”donde el hacer corresponde a demandas ciertas y se resuelve en la mixtura de intuición y racionalidad. Y el instrumento de aquella praxis nacida de los repliegues mas hondos de su sensibilidad de mujer y de su fortaleza de lidere, fue precisamente, la Fundación que llevó su nombre. SABATE  fue para Eva Perón el profesional probo, riguroso y providencial, que interpretó sus concepciones sociales y las transformó en arquitectura y en escenografía para el uso y el disfrute de los trabajadores. Fue no solo un proyectista sino, también, el gestor de esos proyectos y el supervisor en quien Evita confiaba para asegurar la correcta aplicación de los fondos a su destino patriótico-“ Presentación del Libro por la Arq. Cristina Alvarez Rodriguez, en carácter de presidenta del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón y Mueseo Evita.) Una idea de sociedad estaba presente, un proyecto de ciudad fue posible,como lo muestran las imágenes del Barrio Simón Bolivar, tanto implantación vista de la trama urbana y su ruptura generando el espacio parque,que vemos más arriba, como la vista desde los jardines y de la calidad del espacio urbano instersticial que hoy puede disfrutarse en la Ciudad de Buenos Aires.

Sin duda que el “inaccesible Mercado de Suelo “ forma parte del diagnóstico de las causas de pobreza fomentadas por la ciudad neoliberal, sin embargo este posicionamiento es efecto y no causa si nos replanteamos el modelo de ciudad, desde el paradigma de modelo de Sociedad deseado. Si es que comprendemos el valor intrínseco que tiene la frase de la Dra. K.Olmos: “ dime que ciudad tienes y te diré que sociedad eres”, apuntalada por las reflexiones antes citadas de Lombardi con respecto a la pertenecia del espacio urbano a la materialización de las relaciones sociales, podremos desde allí, priorizar y canalizar instrumentos que en tanto fichas , necesitan no jugar en el tablero equivocado. De nada sirve la aplicación, y esto vale como ejemplo, de la regularización dominial  facilitada por el Estado y la puesta en valor del suelo del lote con servicios, si la localizacion de dicha operación solo consolida un barrio pobre de la periferia, donde el sentido de pertenecia es sentido como vergüenza por los que lo habitan.No hay proceso de "inclusión urbana" en esa operación, si no promociona a ese barrio fuera de la pobreza como condición paradigmática, si no produce la integración basada en el derecho a la dignidad no solo material sino simbólica, solo es un proceso de "beneficencia urbana". Diferente sería, a modo otra vez de ejemplo, la operatoria de lotes con servicios en zonas instersticiales de ciudad consolidada y con programas de vivienda como P.R.O.C.R.E.A.R, pero centrados tanto en clases bajas, medias bajas como en altas, conteniendo la tendencia de dispersión de clase, que juega el mercado del negocio del suelo “barato” en countries y barrios parque periféricos a los centros consolidados, desintegrando el tejido social. Sabemos que la oferta de más loteos en zonas nuevas, alejadas de los tejidos degradados son la búsqueda más rentable del mercado inmobiliario. Auspiciar esta práctica conociendo las consecuencias de ghetización y segregación que conlleva para la sociedad este Modelo de ciudad, debiera de ser considerado un “delito urbanístico”. Hoy, sin embargo y en Bahia Blanca acaba de suceder, se aprueba por excepción lotes en zonas de reserva urbana o de chacras, avalado por el mismo sector kichnerista, promoviendo un negocio inmobiliario para las clases medias altas de nuestra sociedad, mientras que la Ley de Acceso Justo al Hábitat, ni siquiera es reglamentada.Sin ánimo de pensar otro tipo de trasfondo político, esto obedece a este divorcio conceptual que reproduce la dialéctica no resuelta entre modelo político de sociedad y los instrumentos técnicos que construyen la ciudad.

Siempre decimos que las crisis son oportunidades y que no hay respuestas diferentes si no cambiamos las preguntas. La hipótesis planteada desde este análisis infiere que la aceptación de la ciudad segregada materializada preexistente es el error original del planteo de soluciones urbanísticas desde un paradigma que supone un acceso justo al hábitat.Naturalizar la pobreza como parte de una realidad insoslayable es renunciar a un cambio de paradigma.Por eso el planteo y crítica a que solo con el acompañamiento y la participación en la construcción de la ciudad desde el Estado , descripto en la Ley de Hábitat como el “movimiento hacia la reforma urbana” realizando un “aporte hacia formas más justas” para “pensar el diseño de los barrios y urbanizaciones de situaciones existentes” (textuales de la Ley Capítulo 1) infiere resignar la construcción de Ciudad Inclusiva, en tanto que desconoce que amorigerar la problemática de necesidades básicas en el corto plazo, solo consolida una mejora de calidad de vida circunstancial, que termina avalando la ciudad excluyente neoliberal . La gestión social del Hábitat no debiera de ser tal, si no nos animarnos al cambio de lógica de la gestión de la ciudad real. La práctica en paralelo de una gestión social del Hábitat, no parece que haya alcanzado,en ninguno de los países latinoamericanos que desde hace años pusieron en práctica los avances legislativos excelentemente diseñados al respecto. Los resultados de los fracasos urbanos son evidentes, la integración urbana visible construida sigue siendo segregada y con tendencia a mayor ghetización, hacia arriba y hacia abajo de las formas de apropiación de los territorios urbanos. La segregación social que se materializa en la ciudad, pone de manifiesto las conclusiones derivadas de la Cepal, donde "la Hora de la Igualdad" parece cada vez más lejana. Esto induce a reflexionar que si la gestión de la ciudad sigue manteniendo en forma paralela y desarticulada la gestión inmobiliaria del Mercado con la Gestión Social del Hábitat, los resultados seguirán siendo los mismos.

¿Que ciudad representa entonces el ideal de una sociedad con oportunidades para todos si gran porcentaje de los ciudadanos viven en “barrios pobres”? Seguir construyendo barrios pobres “más lindos” o “con servicios de infraestructura “ con el concepto de las Areas de vivienda de “interés social” solo estigmatiza a quienes viven allí.La ciudad real es donde viven aquellos que aunque a veces colgados del furgón de cola, pertenecen al Espacio Urbano identitario de la ciudad. Una ciudad que siga construyendo espacios solo para pocos privilegiados, y genere soluciones "ad hoc" de vivienda "de interés social" para otros , está cada vez más lejos de integrar, incluir y generar pertinencia identitaria para esos sectores que llamamos de alta vulnerabilidad, excluídos, marginados.(imagen de un barrio de las periferias de cualquier ciudad argentina, tomado del artículo citado de Habitar Argentina)El problema del modelo de ciudad nos pone en evidencia la falta de definición del Modelo de Sociedad. Ciertamente alcanzar el “derecho a la Ciudad” como nuevo paradigma urbano, implica mucho más que acceder a la vivienda y los servicios de infraestructura que brindan habitabilidad, y por ende debiéramos animarnos a repensar lo definido por la UNESCO y por Un-Hábitat.  Desde estos organismos internacionales de establece que un “modelo de desarrollo basado en derechos exige que los habitantes se beneficien de lo que la ciudad ofrece” y recalca “minimamente el acceso al agua y a la vivienda digna, especialmente los grupos más desfavorecidos y vulnerables de la población”.(*) Lo peligroso de este planteo es que resigna justamente construir un nuevo paradigma urbano, donde la Pobreza deje de ser una realidad aceptable. Bajo la nueva realidad electoral que instauró un gobierno más cerca de la lógica del Mercado, que de la lógica del Estado distribuidor de riqueza en forma equitativa, el debate entre “propiedad y Función Social” que atraviesa cualquier definición de Derecho a la Ciudad , es posterior y es efecto, al enfoque político del "Proyecto de Sociedad" buscado. Hasta que esta dialéctica no sea sintetizada, adentrarnos en el debate solo sobre los instrumentos de planificación del Territorio, supone el peligro de que sin sustento ideológico,los mismos tiendan a empeorar lo que creemos mejorar.

Quedan las preguntas latentes ¿pueden las contradicciones urbanas poner en crisis y en debate, el proyecto de sociedad deseado por las mayorías populares? ¿y estas a su vez integrarán en esta nueva "Utopia"a la mayoría de la población que haga este Modelo sostenible?¿que esta en juego realmente cuando hablamos de CIUDAD INCLUSIVA?


*) Scatolini , Luciano “Habitat : Hacia un nuevo paradigma urbano” Impreso por el Congreso de la Nación.2014