LA CIUDAD INCLUSIVA: Las Centralidades Urbanas.El desafió de la construcción de nuevas herramientas de gestión urbano-ambiental

miércoles, 9 de octubre de 2013

Las Centralidades Urbanas.El desafió de la construcción de nuevas herramientas de gestión urbano-ambiental

Para establecer un escenario de partida para el diseño de los instrumentos referidos, nos situamos en la comprensión de una sociedad entendida en el marco de un Sistema Complejo, funcionando bajo la concepción termodinámica en un desequilibrio caótico que le es propio y sobre el cual debemos diseñar las nuevas herramientas, para tensionar la realidad hacia formas de promoción social,  de donde emerja auténtica y sin modelos pre-establecidos, una sustentable Calidad de Vida.

            La redefinición de las herramientas de Gestión del Estado se hace evidente, donde la obsolescencia de actividad planificadora tradicional del Estado, dirigista y positivista, no ha podido superar las estrategias basadas en marcos regulatorios generalizantes, vacíos del palpitante flujo de redes que construyen los tejidos sociales. La realidad se ha filtrado incontenida y petulante de las manos de los intelectuales de políticas de gestión pública, de  dirigentes y académicos, formados en ideologías que ya no responden, si alguna vez lo hicieron, a las problemáticas actuales. Este contexto  modifica los paradigmas de la modernidad en que estaba basado el planeamiento tradicional:

a- las estructuras de orden y control,
b- de conducción dirigista de arriba hacia abajo,
c- de exclusividad de los intelectuales planificadores

Estos nuevos tejidos sociales de dinámicas complejas, interactivos y cambiantes, de necesidades mediatizadas, requieren de formas flexibles de gestión para la canalización de intereses a veces contradictorios y contrapuestos que se mueven en el marco local y global simultáneamente. Formas más inductivas que impuestas, mas sistémicas que analíticas, mas de metáforas que de discursos acabados, formas que respeten el devenir teleológico más que de planificación de objetivos. La Ciudad es el escenario de interacción,  por origen y escala, más dinámico que permite el encuentro de distintas racionalidades, donde se conforman los espacios políticos que comprometan la totalidad de los actores involucrados en el tejido social y promuevan el cambio de mentalidad necesario para reconvertir la actitud disciplinarista de los sectores dirigenciales y académicos de la sociedad que fueron responsables de las viejas estructuras normativas. Esto plantea una nueva dinámica socio - espacial y la renovación de la gestión territorial, basada en las transformaciones en la organización del poder con la sociedad y fundamenta una nueva  gobernabilidad.
            
El diseño de nuevas herramientas de gestión pública requiere de escenarios donde la participación efectiva y eficiente de esta nueva sociedad sintetice un nuevo conocimiento transdisciplinario. El camino hacia la construcción de una nueva racionalidad, está mas cerca de acciones de escala acotada, con programas de acción eficientes, dirigidos hacia un sector de la sociedad concreto y con una gestión política contundente. Este es el Mensaje Medellín.           
            
Como plantea A.Toffler, este es el momento de las ciudades intermedias, que por su escala adecuada permiten adaptarse fácilmente a los cambios y redefinir su rol en el esquema global. La ciudad del tercer milenio vista desde este enfoque es una superposición de varias ciudades, que como mosaicos yuxtapuestos y funcionalmente simultáneos conviven en diferentes  escalas:

1- la ciudad local, donde conviven las actividades básicas de producción y consumo.
2-La ciudad barrial,  donde se acrecientan las necesidades de la vida cotidiana
3- la ciudad marginal, donde vive la masa social excluida del sistema,
4-  la ciudad global, la que se vincula (o no) con el sistema global de generación de riqueza, los nuevos escenarios territoriales que vinculan nodos y flujos alrededor del planeta.
5- La ciudad ambiental que  cruza todos los mosaicos y soporta en su estructura física las acciones socio-productivas

            Cada una de estas escalas propone desde la materialización de los espacios,  distintos enclaves en el juego de “los  llenos y los  vacíos urbanos”, que aloja áreas de conflicto /oportunidad,  escenarios propicios para el accionar de  las nuevas formas de gestión del territorio. “Se puede afirmar que afortunadamente hemos superado los tiempos en que la acción estatal se circunscribía ala normativa y la obra pública, tenemos por lo tanto el desafío de situarnos en una perspectiva mas compleja y desarrollar una cierta pericia en el manejo de estos instrumentos”[1]
            Párrafo aparte merece la discusión planteada en el marco de la supuesta antinomia plan v.s proyecto urbano, al decir “Posiblemente estemos de cara a un momento histórico que presenta la modalidad del fín del plan. Sin plan y ante la necesaria prosecución de un orden que proponga condiciones mínimas de anti-entropía, reemerge la figura del proyecto urbano: proyecto como unidad de producción de lo urbano y proyecto como instancia posible de control; proyecto sintético-productivo y proyecto analítico-crítico.”[2]El hecho de poder utilizar un instrumento que responde en forma eficaz al mercado no implica que su instrumentación esté vaciada de contenido ideológico. La posibilidad de implementación en el marco de una batería de instrumentos que actúen en forma simultánea en el territorio y en distintos “layers ” en tanto plataformas hipervinculadas, en respuesta a un “sofware” resignificado en estrategias de Desarrollo, bien configura la categoría de Plan, en tanto el mismo no pierda sustancia de apropiación y motorización por los actores involucrados, de diverso poder relativo en el tablero de juego de la ciudad.imagen12
            En síntesis podemos plantear que en el marco de la Globalización y sus efectos directos sobre  la reformulación de las estructuras del Estado, se hace indispensable el rediseño de las herramientas de gestión pública en el marco del Desarrollo Local, en tanto Desarrollo Sustentable :Es un desarrollo que distribuye servicios ambientales, económicos y sociales básicos a todos ( los sujetos de una comunidad local ) sin alterar la viabilidad de los sistemas ecológicos y comunitarios de los que tales servicios dependen”[3]. La creciente demanda de participación que se vivencia en la población en general, evidencia un reclamo social de acciones tendientes a  transparentar los actos públicos, creando canales de contención, espacios de concertación. Este nuevo escenario incorpora en forma definitiva al sector privado y a la Comunidad en general por medio de sus Instituciones representativas, en la gestión pública, creando espacios de gestión mixta para el diseño de las políticas de desarrollo.

El proyecto urbano como dinamizador de la inclusión en la ciudad. Del “escenario posible” a la construcción de ciudad desde la inclusión.
           
            El desafío de diseñar nuevos instrumentos de planificación urbana nos pone en el umbral previo,  se diría epistemológico de la concepción de “planificar los escenarios posibles” y la resignificación de esta actividad en tanto instrumento define. Desde la dinámica urbana de invertir fuertemente como Estado en los sectores mas vulnerables en Medellín y Bogotá a la invitación a repensar qué implica inclusión como punto de partida de diseñar los instrumentos, el re-definir las actitudes de los actores del planeamiento de la ciudad sin  boicotear nosotros mismos el paradigma de inclusión que planteamos[4] establece nuevas preguntas: ¿Plan o proceso?¿ proceso del plan?
            La reflexión abierta se debate sobre el ¿Cómo? desde la disciplina, acompañar este proceso de Inclusión que la emergencia nacional demanda, emblema implícito de nuestra generación que inicia el tercer milenio. Al decir del geógrafo británico David Harvey :“El derecho a la ciudad es mucho más que la libertad individual de acceder a los recursos urbanos: se trata del derecho a cambiarnos a nosotros mismos cambiando la ciudad. El derecho a la Ciudad es un derecho común antes que individual, ya que esta transformación depende inevitablemente del ejercicio de un poder colectivo para remodelar los procesos de urbanización. La libertad de hacer y rehacer nuestras ciudades y a nosotros mismos es, uno de nuestros derechos humanos más preciosos, pero también uno de los más descuidados"
            El Municipio, como un actor importantísimo en este nuevo espacio auto-eco-organizativo, que sustenta la conformación de las nuevas Políticas de Estado, debe redefinir su rol para propiciar, accionar y promover, convirtiendo el territorio en hábitat para todos y todas, dando cabida a la eficiencia  de la inmediatez  con la eficacia necesaria para preservar las generaciones futuras.
           
La experiencia de Medellín, habla a las claras que cuando una ciudad, un pueblo decide recuperarse, estos es posible. Figuras como el alcalde Fajardo o el Arquitecto Pérez Jaramillo, sin quitarles su merecida importancia y liderazgo en la gestión realizada, fueron sin dudas emergentes de un proceso social que desde el "tocar fondo" de una sociedad en carne viva y signada por la violencia, estaba en pleno proceso de ebullición Y así, como parte de este proceso,  se tomaron las decisiones de intervenir en ciertos puntos estratégicos de ese tejido social complejo y desde allí y con esos disparadores excelentes, articularon proyectos desde los sistemas de transporte publico accesible que tendió redes por todo el territorio hasta los equipamientos de excelencia arquitectónica verdaderos Hitos de desarrollo en los centros barriales más postergados.
            El grado de intervención urbana y la pauta presupuestaria para llevar a cabo la operación es vinculante a la apuesta que esta construyendo esta sociedad desde su compromiso político hasta su aceptación comunitaria. ¿Es esta una forma de generar auto-eco-organización ? ¿estamos ante un modus operanti de construcción de ciudad desde el pensamiento complejo como visión meta-sistémica?
           
Allí donde la pobreza urbana era más cruda esta calidad de inversión del Estado, en Centros Comunales, Biblioteca, Escuelas, Centros de autogestión y producción y estaciones de transporte, tejió un entramado de auto desarrollo dignificante hacia un proceso de recuperación del DERECHO A LA CIUDAD. No solo son ideas, son productos urbanos palpables, que requerirán de un futuro que consolide resultados, pero que sin duda constituyen una avanzada concreta hacia procesos de inclusión.
            El sistema espacial se convierte en la materialización de la distribución equitativa de la riqueza. A partir de una sistematización de “impulsos” de desarrollo focalizados en equipamientos que integran, cultura, educación o trabajo, fomentan el intercambio de las personas y devuelven la confianza en el Estado como la garantía del proceso de distribución de las cargas y beneficios de la Ciudad. imagen 11

            Un planeamiento de múltiples focos, que como verdaderos impulsos nerviosos del sistema parasimpático, lograr revertir las condiciones de sentirse excluido al interior de la conciencia de ciudadanía, generando un proceso de espiral ascendente de pertenencia, dignidad, identidad y libertad de ejercer el derecho a la Ciudad. Sin duda todavía le falta mucho camino a Medellín para convertirse en una Ciudad Inclusiva y aspirar a la Validad de Vida que puede ofrecer una ciudad central como por ejemplo Vancouver, pero demuestra que hasta desde el “miedo (se puede llegar) a la esperanza”, como recita el slogan del Intendente Fajardo.
            Por ello cuando hablamos de inclusión, debemos cuidar la importancia de la generación de estos procesos, catalizar los emergentes, “sintonizar las demandas de quienes se sienten excluidos,  a donde y desde dónde”[5] La no conciencia de la fragilidad del vínculo entre actores sociales interrelacionados en esta búsqueda  de bienestar para todos, puede poner en peligro toda la operación de inclusión que como Estado se intente promover.           
            La visión próxima de la práctica de la planificación en tanto instrumento de transformación social, debe caminar por este espacio incierto y complejo,  recreando una nueva racionalización de los procesos de construcción de ciudad en tanto construcción de ciudadanía. Repensarse como facilitadores es posicionar al planificador como solo un actor más que participa, pone el impulso, motiva y es motivado, propone y es repropuesto, en una espiral compleja de un proceso creativo de promoción social.

El Proyecto Urbano como instrumento de gestión y participación. Nuevas centralidades en el Plan de Desarrollo Local de Bahía Blanca[6]
LorenaVecslir Peri, GabrielAnton
El carácter fragmentario y las constantes transformaciones de índole física, social y económica que afectan actualmente nuestras ciudades, impiden prever imágenes espaciales acabadas, construir modelos integrales o generar normativas de regulación y desarrollo urbano que permanezcan inalterables a largo plazo. Dentro de estos procesos de transformación, destaca la aparición de nuevos agentes y mecanismos de promoción inmobiliaria (con una creciente intervención del capital financiero privado), paralelamente a la profundización de los desequilibrios económicos y sistemas de exclusión/inclusión social.
En este marco de complejidad, desde hace ya un tiempo se ha instalado el debate de un “planeamiento en controversia”[7] y el reclamo de renovación del instrumental urbanístico tradicional para hacer coexistir, por un lado, la visión normativa con intervenciones acotadas espacial y temporalmente; y, por otro, para responder a la creciente demanda de nuevos mecanismos de gestión que canalicen la participación ciudadana y acerquen el planeamiento, desde su mismo proceso de gestación, a los requerimientos reales de la población local.
En esta búsqueda surge el concepto de proyecto urbano (PU) como mecanismo con capacidad de transformación de la realidad frente a necesidades específicas y con la inmediatez que demanda la sociedad contemporánea. “Una idea de intervención que no es ni arquitectura ni plan, sino PU”[8] con instrumentos proyectuales también intermedios entre la definición arquitectónica y la ordenación urbanística. Una escala de intervención que asimismo se demuestra efectiva como ámbito de gestión e implementación de mecanismos de colaboración público-privado en vacíos urbanos o áreas de oportunidad.(ver Anexo gráfico 1)
Sin embargo, muchos de estos proyectos urbanos han sido desarrollados solo desde la óptica de la competición global y el marketingurbano, siendo indispensables mecanismos inclusivos que permitan utilizar las plusvalías generadas a fin de satisfacer, a nivel local, las necesidades reales de infraestructura, servicios, vivienda, espacio público y equipamiento urbano. En este sentido, la intervención del sector público y de las organizaciones civiles (grupos, asociaciones y movimientos vecinales) permite ampliar el concepto del PU como configurador de una imagen deseable de espacio urbano, al de instrumento de participación y ámbito físico de aplicación de políticas públicas de sostenibilidad ambiental, económica y social.
Bajo esta perspectiva, la ponencia se centra en la reinterpretación teórico-práctica del PU en nuestro medio (en particular, en la ciudad de Bahía Blanca) y en las oportunidades que representa para la construcción consensuada de nueva morfología e identidad urbana, procurando aportar argumentos sobre los métodos e instrumentos de intervención que, de manera participativa, permitan reestructurar y recuperar sectores urbanos degradados u obsoletos.
Desde un punto de vista metodológico, la investigación realizada dentro del marco del “Plan de Desarrollo Local para el Partido de Bahía Blanca”[9]  utiliza la figura del PU con un doble objetivo. Por un lado, dentro del modelo urbano territorial propuesto, para el desarrollo denuevas centralidades con programas mixtos y un impacto de transformación y recalificación urbana más allá del propio ámbito de intervención. Por otro, como instrumento dinámico para responder a los desafíos del corto plazo, aprovechar las áreas de oportunidad (corredores territoriales de las trazas y cuadros ferroviarios y del sistema hídrico), posibilitar modos de gestión compartida, y garantizar equilibrios básicos entre intereses particulares y vocaciones locales.(ver Anexo gráfico 2)
El plan se basa en la articulación de dos en granajes fundamentales: el nuevo modelo territorial que conjuga la realidad funcional /ambiental con las escalas y tendencias de desarrollo socio-económico a consolidar o potenciar, y una nueva gama de instrumentos de gestión y promoción socio-territorial (entre ellos, el PU), complementarios al Código de Planeamiento, que institucionalizan escenarios alternativos y participativos.
Así, entre los principales aportes del trabajo cabe destacar:
-           La revisión del concepto de PU, nacido en los años ’80, y de algunos ejemplos en áreas de oportunidad de ciudades argentinas en las últimas dos décadas: características y tendencias comunes.
-           Su aplicación en el Plan de Bahía Blanca como estructurador de nuevos espacios de centralidad (Puerta sur, Ciudad de las Artes y las Ciencias, Distrito Tecnológico, Ciudad Judicial, Paseo del Estuario, etc.), o de consolidación y resignificación patrimonial de centralidades existentes (Ingeniero White, Gral. Daniel Cerri).
-           Paralelamente, su utilización como motor de la inversión público/privada, mediante la propuesta de consorcios urbanísticos, fundaciones de promoción urbana, juntas de compensación vecinal, etc., para la generación de plusvalías y aplicación de políticasinclusivas de inversión pública y promoción social (programas Habitat Bahía, Bahía Cooperativa, Centros de Gestión Comunal, Bahía Sustentable, etc.).
-           En el caso concreto de la franja costera bahiense, la presentación de escenarios alternativos para la articulación ciudad-estuario, generación de nuevos equipamientos y espacio público, permeabilidades visuales y conexiones viarias, según el perfil de cada proyecto (predominantemente residencial, de actividad económica, cultural y de esparcimiento).


En general, el planteo de nuevas centralidades de localización estratégica tiene por objetivo revitalizar los barrios donde se insertan así como mejorar el funcionamiento del conjunto de la ciudad, frenando las dinámicas dualizadoras de concentración-marginación[10].Constituyen condiciones de estas nuevas centralidades una alta accesibilidad, la mezcla de usos, la presencia de algunas arquitecturas singulares (landmark de la operación), y de equipamiento y espacio público de calidad en continuidad con el tejido urbano existente. La prioridad atribuida al espacio libre colectivo en cada uno de los proyectos resulta de su capacidad de ordenación espacial, sustentabilidad ambiental e inclusión social, sirviendo a múltiples escalas de uso y tipos de usuarios, articulando lo regional y lo local, lo público y lo privado.



[1]Desarrollo de nuevos instrumentos de urbanismo.Alfredo M Garay, apuntes Gadu 2011

[2] CRISIS DE SOSTENIBILIDAD Y NUEVA GESTIÓN URBANO-TERRITORIAL

Roberto Fernández , apunte Gadu 2011
imagen12 Diagramas de desarrollo Propio, presentados al Municipio en el marco de la Agencia de Promoción Urbana 2006.
[3] ICLEI , The Local Agenda 21 Planning Guide
[4] Dr. Pedro Silbermann. Conferencia- Debate , La ciudad Inclusiva, UTN 2011. Ref. http://laciudadinclusiva.blogspot.com
imagen 11 Filmina presentación del Arq. Perez Jaramillo “Medellin” del Miedo a la Esperanza .Bahia Blanca 2010.
[5] Dr. Pedro Silbermann. Conferencia- Debate , La ciudad Inclusiva, UTN 2011. Ref. http://laciudadinclusiva.blogspot.com
[6] Link de artículo. http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-331/sn-331-10.htm
[7] Font, A. (coord.) (2003). Planeamiento urbanístico. De la controversia a la renovación. Barcelona: Ed. Diputació de Barcelona.
[8] Solá-Morales, M. (1987) “La Segunda Historia del Proyecto Urbano, Otra tradición moderna”. Barcelona: UR Nº 5, p.21-31.
[9] Estudio 1.EE.289. Préstamo BID 1896 OC-AR, Programa Multisectorial de Preinversión II, UNPRE, Secretaría de Política Económica, Ministerio de Economía y Producción de la Nación.
[10]Borja, J. (2003). “Ciudad y planificación: La urbanística para las ciudades de América Latina”. Colección Mediterráneo Económico 3: Ciudades, arquitectura y espacio urbano (Horacio Capel, coord.). Madrid: Caja Rural Intermediterránea - Cajamar, p.81-104.

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